Descripción General
La parálisis cerebral es un conjunto de problemas que afectan cómo nos movemos y nos paramos. Se produce cuando el cerebro sufre daños mientras se está desarrollando, a menudo antes de nacer.
Los síntomas suelen aparecer cuando somos niños o en la edad preescolar, y pueden ser desde leves hasta graves. Los niños con parálisis cerebral pueden tener movimientos exagerados y sentir sus brazos, piernas y cuerpo flojos. A veces, sus músculos están tensos, lo que dificulta el control de sus movimientos. Esto puede provocar una postura extraña, movimientos incontrolados o problemas para caminar.
La parálisis cerebral también puede dificultar la deglución y causar problemas en los ojos, como la incapacidad para enfocar correctamente. Además, las articulaciones pueden no moverse tanto como deberían debido a la rigidez muscular.
La causa y su impacto en la función varían de una persona a otra. Algunos pueden caminar, mientras que otras necesitan ayuda. Algunas pueden tener discapacidades intelectuales, pero otras no. También pueden presentar epilepsia, ceguera o sordera. Aunque no hay cura, existen tratamientos que pueden ayudar a mejorar la función. Los síntomas pueden cambiar durante el desarrollo del niño, pero generalmente la afección no empeora y se mantiene estable con el tiempo.
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Parálisis Cerebral
La parálisis cerebral es un conjunto de problemas que afectan cómo nos movemos y nos paramos. Se produce cuando el cerebro sufre daños mientras se está desarrollando, a menudo antes de nacer.
Los síntomas suelen aparecer cuando somos niños o en la edad preescolar, y pueden ser desde leves hasta graves. Los niños con parálisis cerebral pueden tener movimientos exagerados y sentir sus brazos, piernas y cuerpo flojos. A veces, sus músculos están tensos, lo que dificulta el control de sus movimientos. Esto puede provocar una postura extraña, movimientos incontrolados o problemas para caminar.

Tipos de Parálisis Cerebral
Los médicos clasifican la parálisis cerebral infantil según el tipo principal de trastorno del movimiento involucrado. Según las áreas del cerebro afectadas, pueden producirse uno o más de los siguientes trastornos del movimiento:
- Rigidez Muscular ( Espasticidad)
- Movimientos Involuntarios ( Discinesia)
- Falta de Equilibrio y de COordinación (Ataxia)
La parálisis cerebral espástica es la forma más común de este trastorno neuromuscular, afectando aproximadamente al 80 % de las personas con parálisis cerebral.
Caracterizada por un aumento en el tono muscular, esta condición provoca rigidez en los músculos, lo que dificulta el movimiento. Dependiendo de la parte del cuerpo afectada, se pueden distinguir diferentes subtipos:
- Diplejia y diparesia espástica: en estos casos, la rigidez muscular se concentra principalmente en las piernas, con menor afectación en los brazos o incluso sin afectarlos en absoluto. Las personas con diplejia o diparesia espástica pueden experimentar dificultades para caminar debido a la rigidez en los músculos de la cadera y las piernas, lo que resulta en una marcha conocida como "en tijera".
- Hemiplejia y hemiparesia espástica: estas formas de parálisis cerebral afectan solo un lado del cuerpo, generalmente con mayor impacto en el brazo que en la pierna.
- Cuadriplejia y cuadriparesia espástica: consideradas las formas más graves de parálisis cerebral espástica, afectan a las cuatro extremidades, el tronco y la cara. Las personas con cuadriplejia o cuadriparesia espástica a menudo experimentan discapacidades adicionales, como discapacidad intelectual, convulsiones o problemas sensoriales.
Parálisis cerebral discinética infantil (incluye también la parálisis cerebral atetoide, coreoatetoide y distónica) Quienes padecen de parálisis cerebral discinética enfrentan dificultades para controlar los movimientos de las manos, brazos, pies y piernas, lo que afecta su capacidad para sentarse y caminar. Los movimientos son involuntarios y pueden variar entre lentos y contorsionados o rápidos y espasmódicos. Además, pueden afectar la cara y la lengua, lo que dificulta funciones básicas como la succión, la deglución y el habla. El tono muscular fluctúa entre la rigidez y la laxitud, pudiendo cambiar incluso en el transcurso del mismo día.
Parálisis cerebral atáxica infantil Las personas con parálisis cerebral atáxica experimentan dificultades con el equilibrio y la coordinación, lo que puede manifestarse en inestabilidad al caminar y dificultad para realizar movimientos rápidos o precisos, como escribir o agarrar objetos. También pueden experimentar problemas para controlar el movimiento de las manos o los brazos al intentar agarrar algo.
Parálisis cerebral mixta Algunos individuos presentan síntomas de más de un tipo de parálisis cerebral, siendo la combinación espástica-discinética la más común.
Síntomas
Ciertamente, la presentación de los síntomas de la parálisis cerebral puede ser muy diversa y única en cada individuo. Algunas personas experimentan una afectación generalizada que abarca todo el cuerpo, mientras que en otras, los síntomas se limitan a una o dos extremidades o un lado específico del cuerpo. Estos síntomas suelen manifestarse a través de dificultades en el movimiento y la coordinación, así como en el habla, la alimentación, el desarrollo y otras áreas funcionales.
Manifestaciones de la Parálisis Cerebral en el Movimiento y la Coordinación
El área del movimiento y la coordinación abarca una variedad de síntomas que pueden manifestarse en quienes padecen parálisis cerebral:
- Rigidez muscular y reflejos excesivos, conocidos como espasticidad, constituyen la manifestación más común de trastornos del movimiento relacionados con esta condición.
- Alteraciones en el tono muscular, que pueden presentarse como rigidez excesiva o flacidez.
- Rigidez muscular con reflejos regulares, denominada rigidez.
- Desarrollo deficiente de equilibrio y coordinación, conocido como ataxia.
- Movimientos involuntarios y espasmódicos, conocidos como temblores.
- Movimientos lentos y torsiones.
- Preferencia por un lado del cuerpo, como la tendencia a utilizar solo una mano para alcanzar objetos o arrastrar una pierna al gatear.
- Dificultades para caminar, como caminar sobre los dedos de los pies, agacharse al caminar, cruzar las piernas al caminar o mostrar una marcha amplia e inestable.
- Problemas con habilidades motoras finas, como abrocharse la ropa o manipular utensilios.
Desafíos en el Habla y la Alimentación
Los síntomas vinculados con el habla y la alimentación pueden incluir:
- Retrasos en el desarrollo del lenguaje.
- Dificultades en el habla.
- Problemas al sorber, masticar o comer.
- Babeo o complicaciones al tragar.
Desarrollo
El daño en el cerebro puede contribuir a otros síntomas neurológicos, como:
- Convulsiones, que son síntomas de epilepsia. Los niños con parálisis cerebral pueden recibir el diagnóstico de epilepsia.
- Problemas de audición.
- Problemas de visión y cambios en los movimientos oculares.
- Dolor o dificultad para percibir sensaciones, como el tacto.
- Problemas de vejiga e intestinos, como estreñimiento e incontinencia urinaria.
- Afecciones de salud mental, como trastornos emocionales y problemas de comportamiento.
Otras manifestaciones
Además del mencionado, el daño cerebral puede desencadenar otros síntomas neurológicos, tales como:
- Episodios de convulsiones, que pueden ser indicativos de epilepsia y ser diagnosticados en niños con parálisis cerebral.
- Dificultades auditivas.
- Alteraciones visuales y modificaciones en los movimientos oculares.
- Sensaciones dolorosas o dificultad en la percepción sensorial, como el tacto.
- Problemas relacionados con la vejiga e intestinos, incluyendo estreñimiento e incontinencia urinaria.
- Trastornos de salud mental, que abarcan desde desórdenes emocionales hasta dificultades en el comportamiento.
La condición cerebral subyacente que ocasiona la parálisis cerebral permanece constante con el tiempo. En términos generales, los síntomas no tienden a deteriorarse con la edad. Sin embargo, a medida que el individuo crece, algunos síntomas pueden volverse más o menos prominentes. Es importante destacar que el acortamiento y la rigidez muscular pueden agravarse si no se abordan activamente mediante tratamiento.
Cuándo consultar con un especialista
Es fundamental contactar con un profesional médico especializado en el cuidado de tu hijo si observas síntomas que sugieran una afección del movimiento. Asimismo, si percibes retrasos en el desarrollo de tu hijo, es importante buscar asesoramiento médico.
No dudes en comunicarte con el profesional de salud de tu hijo si te preocupa la presencia de episodios de pérdida de consciencia, movimientos corporales inusuales o posturas anómalas. Además, es crucial consultar con un especialista si tu hijo experimenta dificultades al tragar, problemas de coordinación, desequilibrios en los músculos oculares, o cualquier otro problema relacionado con su desarrollo.

Causas de la Parálisis Cerebral
La parálisis cerebral surge debido al desarrollo irregular o daño del cerebro en desarrollo. Este proceso ocurre comúnmente antes del nacimiento, aunque también puede tener lugar durante el parto o en las primeras etapas de la infancia. A menudo, las causas exactas son desconocidas. Diversos factores pueden influir en alteraciones en el desarrollo cerebral. Estos incluyen:
- Cambios genéticos que desencadenan condiciones genéticas o discrepancias en el desarrollo cerebral.
- Infecciones maternas que impactan al feto durante el embarazo.
- Accidentes cerebrovasculares que interrumpen el flujo sanguíneo hacia el cerebro en desarrollo.
- Hemorragias cerebrales durante el embarazo o el parto.
- Infecciones en el bebé que provocan inflamación en el cerebro o sus alrededores.
- Traumatismos craneales en el bebé, como los derivados de accidentes automovilísticos, caídas o lesiones físicas.
- Privación de oxígeno en el cerebro, relacionada con complicaciones durante el parto, aunque esta causa es menos frecuente de lo que se pensaba previamente.
Factores de Riesgo de la Parálisis Cerebral
Existen diversos factores asociados con un mayor riesgo de parálisis cerebral, entre ellos:
Salud Materna: Durante el embarazo, ciertas infecciones o exposiciones tóxicas pueden incrementar significativamente el riesgo de parálisis cerebral en el bebé. La inflamación causada por la infección o la fiebre puede dañar el cerebro en desarrollo del feto. Algunas de estas condiciones incluyen:
- Citomegalovirus: Un virus común que, si la madre experimenta su primera infección activa durante el embarazo, puede resultar en defectos congénitos.
- Sarampión alemán (rubéola): Una infección viral prevenible con vacunación.
- Herpes: Una infección que puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo, afectando al útero y la placenta.
- Sífilis: Una infección bacteriana transmitida generalmente por contacto sexual.
- Toxoplasmosis: Una infección causada por un parásito presente en alimentos, suelo y heces de gatos infectados.
- Infección por el virus del Zika: Transmitida por picaduras de mosquito, que puede afectar el desarrollo cerebral del feto.
- Infecciones intrauterinas: Incluyendo infecciones de la placenta o las membranas fetales.
- Exposición a toxinas: Como la exposición al metilmercurio.
- Otras condiciones: Problemas tiroideos, preeclampsia o convulsiones, que pueden aumentar ligeramente el riesgo de parálisis cerebral.

Enfermedad infantil
Las enfermedades en un recién nacido que pueden aumentar enormemente el riesgo de parálisis cerebral incluyen las siguientes:
- Meningitis bacteriana. Esta infección bacteriana causa hinchazón en las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal.
- Encefalitis viral. Esta infección viral también causa hinchazón en las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal.
- Ictericia severa o sin tratar. La ictericia se ve como un amarillamiento de la piel y los ojos. La afección se produce cuando ciertos subproductos de las células sanguíneas usadas no se filtran del torrente sanguíneo.
- Sangrado en el cerebro. Esta afección ocurre frecuentemente por un accidente cerebrovascular que sufre el bebé mientras está en el útero o en la primera infancia.
Factores en el embarazo
Aunque cada uno tiene su propia importancia, algunos factores relacionados con el embarazo y el nacimiento pueden afectar las posibilidades de desarrollar parálisis cerebral:
- Peso al nacer: Los bebés que nacen con un peso inferior a 5,5 libras tienen un mayor riesgo, que aumenta a medida que el peso disminuye.
- Embarazos múltiples: Si esperas más de un bebé, hay más probabilidades de que surjan complicaciones que aumenten el riesgo de parálisis cerebral.
- Nacimiento prematuro: Los bebés que nacen antes de tiempo enfrentan un riesgo mayor, y cuanto más prematuro sea el nacimiento, mayor será este riesgo.
- Problemas durante el parto: Dificultades durante el trabajo de parto y el parto mismo pueden contribuir al riesgo de parálisis cerebral.»
Complicaciones
Complicaciones Musculoesqueléticas: Contracturas musculares y desalineaciones óseas debido a la espasticidad.
Dificultades Nutricionales: Problemas para tragar y alimentarse adecuadamente, aumentando el riesgo de malnutrición.
Impacto en la Salud Mental: Riesgo de trastornos como la depresión debido al aislamiento social y los desafíos emocionales.
Afecciones Cardiorrespiratorias: Mayor probabilidad de enfermedades cardíacas, respiratorias y neumonía por aspiración.
Enfermedades Óseas: Posible desarrollo de osteoartritis y osteoporosis debido a la presión en las articulaciones y la falta de movilidad.
Otras Complicaciones: Incluyen trastornos del sueño, dolor crónico, lesiones cutáneas, problemas intestinales y de salud bucal.

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Dr. Rafael Manotas

Dr. Carlos Navarro

Dra. Olga Surmay
